Acto IV: Encierro

¡El Diablo os habla!

¿Quién consigue encontrarme?

El sabio, con despreocupada certeza, sostiene que jamás podrá hallarme.

Tan sólo la tenacidad del ignorante alimentada por su reducida percepción, da sus frutos cuando es capaz de vislumbrar mi semblante confinado dentro del frágil y cristalino recipiente de su limitado conocimiento.

Si me encuentras hoy, mañana habré desaparecido.

Acto IV

Acto III: Las leyes de la casualidad

Acto III

¡El Diablo os habla!

¿Está todo escrito ya?

Quien conozca el misterio de las leyes que rigen la casualidad podrá leer y comprender absolutamente todo a su alrededor.

Sólo entonces dejará de ser un autómata movido por ajenas voluntades y empezará a protagonizar la vida eligiendo su propio destino en este juego matemáticamente preciso y endiabladamente complejo.

Toda causa tiene su efecto; todo efecto tiene su causa…

Nadie esta excluido, nada escapa a la causalidad de la casualidad, todo sucede de acuerdo a estas leyes.

Suerte es tan sólo la denominación dada a uno de sus múltiples efectos.

¡Sé tu propia causa!

Acto II: Declaración de intenciones

El Diablo os habla.

Abandonad toda esperanza de encontrar piedad en vuestros dioses. Ellos tan sólo os juzgan desde la cabeza, yo me río del mundo desde las entrañas.

Tan sólo el aire, la comida y la bebida son imprescindibles. Y las tres están ahí, todo lo demás es ambición.

Ni ellos ni yo fuimos capaces de concebirla, pero mientras ellos la condenan, yo me aprovecho de vuestra genial creación.

Acto 2

Acto I: Presentación

Soy el Diablo.

Desde este espacio alojado en la más profunda y desconocida incertidumbre, doy forma a vuestros anhelos, temores y pasiones más ocultas.

Vosotros sois el medio y mis camisetas el mensaje.

¡Expresa hoy mismo lo que más desees! …pues seguramente mañana estarás muerto.

Acto 1